domingo, 1 de diciembre de 2019

Bienvenidos los últimos días de la década . Sin sobresaltos, ni desilusiones, sin rencores crónicos ni fantasmas olvidados. He sido victima de lo cotidiano, esa es mi enfermedad actual; nada me sorprende y eso mina mi creatividad. En estos años ya no me duele el corazón pero, ahora me duele la espalda: "la vida es cínica, cínica es la vida", eso es parte del aprendizaje también; ¿no?. Me gustaría sentir y amar como lo hace la muchachada, siempre a los extremos, en eterna lucha del todo o nada pero los años adquiridos me han quitado las ganas de debatir, me hacen más cauteloso.  Bienvenidos los días de invierno, soleados  ardientes, de radiación solar hiriente y nubes de smog cubriendo la Ciudad de México.  



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