sábado, 24 de enero de 2009

zombie

Debo de aceptar que el cielo de la madrugada es el ideal para pensar y no pensar concretamente en nada. Las estrellas se ven tan cerca de mi cabeza y se deslizan lentamente hacia el poniente. Tengo el mal habito de caminar en la madrugada. La avenida es desértica.
El frío ya es parte de los suburbios y por lo tanto no es raro que el viento traspase la ropa, cale los huesos y me haga desear estupideces que vienen a mi como un flash, me atraviesan, me aterran, me hacen pensar que debo de echarle mas cal a tu cadáver para que no apeste, para que no huela a ti.
Tu cadáver ya no es inerte, ya camina, ya es un zombie y anda por la avenida. Tendré que andar con cuidado